HOMBRE - CAPITULO CINCO - PARTE 4

...Pero es la risa lo que pone más en trance. En realidad cualquier risa, de cualquier persona, me sacude las neuronas.
No, cualquier risa, no.
Hay risas histéricas, o fingidas, o cirqueras.
Conocí un tipo al que le gustaba ser el centro de la atención y contaba chistes p...avos, riéndose exageradamente fuerte, como para reforzar lo poco cómico que era escuchar pavadas repetidas e insípidas.
Conozco una mononita que suele tener ataques. Abre la boca ASÍ DE GRANDE, y lanza risotadas casi masculinas. Lo único gracioso es ver como trata de compensar su fealdad con perfumes caros y ropa en cantidad industrial.
Bueno, me fuí al Congo. Yo solo uería hacer notar que me gustan las risas, las buenas y espontáneas.
La risa de ojos-de-mar es terrible. Es un maleficio cerebral. Me duele el hipotálamo, la hipófisis, el parenquima, que se yo...
En vez de darme placer, me arrastra al gemido interno. A veces en el silencio de la madrugada, cuando estoy con la droga radial, recuerdo alguna de sus carcajadas y sufro. Como brotes esquizo, puteo en la obscuridad o lloro.
Será que me voy a morir de pasión?
Esto no es amor, no inventen, es dolencia. Y yo estoy doliente.
Salvatore! Il mio caro psiquiatra, per favore, mi parla!
Yo creo que sel tano escucha esto, y sale corriendo para el hospicio. Soy un caso, no de diván, sino de cómoda cama doble, a media luz, con incienso y música.
Pero habráse visto! Será que este cretino no se cansa de estar solo en su cueva? Tanta cucha y poca gata!
Gay no es, aunque despierta pasiones varoniles. Recuerdo un flaco que decía: - Es un gatazo...un dulce. - Y se le hacía agua la boca.
En realidad cuando lo miro veo un decrépito hippie desnutrido, semi-alcohólico y sin pulmones.